7 claves para elegir a un buen profesor particular de idiomas

Entre las muchas formas que hay de aprender un idioma, una de ellas es escoger un profesor particular de inglés u otro idioma. Probablemente sea la más cara, ya que si se dedica a eso a tiempo completo tendrá que cobrar bastante la hora para poder sobrevivir y pagar impuestos. De todos modos, a nosotros lo que nos importa es aprender, y a ser posible, cuanto menos nos gastemos mejor.

Esto se puede hacer en España o, si estamos viviendo en el extranjero o pensamos irnos, viene bien para tener un ayudante que conduzca nuestro aprendizaje. Se puede aprender con amigos y tal, de forma natural, pero si llegamos de nuevas y no conocemos a nadie, conviene mucho ir a una clase de inglés. Y si necesitamos refuerzo en un área o nuestros horarios no son óptimos, se puede intentar buscar un profesor particular.

¿Cómo se escoge a un buen profesor particular de idiomas?

No todo el mundo vale para dar clases particulares, ni tiene el nivel adecuado. Si nos vamos a gastar el dinero, lo lógico es que nos sirva para conseguir nuestros objetivos. Lo más importante será tener en cuenta una serie de criterios, que te detallamos a continuación.

1. Si es un profesor nativo, mejor. Si tenemos un nivel muy básico, no nos importará que nos enseñe inglés alguien desde cero aunque sea español y tenga un nivel intermedio. Pero si tenemos un nivel intermedio y lo que más nos cuesta es la pronunciación, lo ideal es escoger a un profesor nativo o alguien que haya vivido en un país de habla inglesa bastante tiempo. También puede valer un holandés, un danés, un noruego... ya que el inglés es casi como su segunda lengua.

2. Pídele que se ajuste a tu nivel. Uno de los problemas al aprender un idioma es que a veces no sabemos de dónde partimos. El buen profesor siempre intenta identificar cuál es el nivel del alumno y se adapta a él para enseñarle lo que le hace falta. También mira cuáles son sus aficiones y qué es lo que más puede motivarle para que avance más rápidamente.

3. Que sea barato, pero sin pasarse. Hay profesores que están empezando y ofrecen precios de risa para conseguir sus primeros clientes. Eso no significa que dicho profesor no sea bueno. Puede que lleve años dedicándose a la enseñanza. Pero si alguien ofrece algo muy barato, a 2 euros la hora, como vi una vez en un cartel, debemos pensar que algo raro sucede.

4. Que te ayude en áreas específicas. Una razón para escoger un profesor particular es cuando vamos a prepararnos para un examen y queremos llevarlo bien preparado. Si además trabajamos, un profesor puede ayudarnos sólo a preparar el examen y ver qué partes son las que más nos cuestan.

5. Si hace clases en grupos, buena señal. Hay profesores particulares que ofrecen precios más baratos si vienes con un amigo o con dos o tres personas. De esta forma se consigue que haya más interacción, ya que podrás compartir el idioma con otros alumnos de tu mismo nivel.

6. El título es importante, pero no siempre. Si tu profesor es titulado en Filología (Inglesa, Francesa...) o Traducción e Interpretación, por lo menos te aseguras que es una persona que ha estado cuatro o cinco años mínimo dedicado a los idiomas. Pero si además ha vivido en el extranjero, mejor. Y si tiene experiencia, mucho mejor. También puede haber muy buenos profesores que no tengan un título de la materia, gente que se ha hecho a sí misma y se ha reciclado, con esfuerzo y mucha experiencia.

7. Recuerda que los profesores no hacen milagros. Un buen profesor te ayuda, te motiva, te enseña, te corrige, te presiona, te anima. Pero lo que no puede es hacer el trabajo por ti. Muchas veces, lo que aprendas con un profesor particular se verá reforzado por lo que aprendes en la vida real. Por eso es tan importante aprender el idioma en un país donde sea la lengua madre, porque tus horas de exposición a dicha lengua serán mucho mayores que en España.

Una alternativa a las clases particulares son las clases en grupo en academias de idiomas, pero buscando horarios intensivos. Es decir, que concentren las horas de estudio por la tarde o por la mañana, o incluso los fines de semana, para que se ajuste a nuestros horarios

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